“Pretencioso... sin ningún encanto.”
Ningún encanto, ni el hotel ni los alrededores. Por las noches no hay nada cerca para poder tomar algo o cenar. Tampoco hay donde pasear durante el día. El desayuno es carisimo, casi 20 euros por persona y no es nada del otro mundo. En la habitación, todo muy automático y moderno, pero al final nada funcionaba correctamente. Nada recomendable