A su regreso de España, participó en 1938 como cofundador en la revista literaria Taller, en la que escribió hasta 1941.
En 1943 recibió la Beca Guggenheim e inició sus estudios en la Universidad de California, Berkeley en los Estados Unidos. Dos años después comenzó a servir como diplomático mexicano, y fue destinado a Francia donde permaneció hasta 1951 y donde conoció a los surrealistas, que le influyeron, y colaboró en la revista Esprit.6 Durante esa estancia, en 1950, publicó El laberinto de la soledad, un innovador ensayo antropológico sobre los pensamientos y la identidad mexicanos.
De enero a marzo de 1952 trabaja en la embajada mexicana en la India y después, hasta enero de 1953, en Japón. Regresa a la Ciudad de México a dirigir la oficina de Organismos Internacionales de la Secretaría de Relaciones Exteriores.