El mosto ya fermentado se lleva al alambique. Se hecha en la paila y se le aplica calor. Como sabemos el alcohol hierve entre los 78° y 80°C, se lleva a este punto de ebullición y el alcohol se convierte en vapor, el cual pasa sube por el capitel y luego por el cuello del cisne. Seguidamente los vapores son transportados por el serpentín, sumergido en una poza de agua fría que recibe el nombre de alberca. El agua hace que el vapor se condense y se convierta en líquido nuevamente.