¿Es adecuado que se pueda aprobar la Selectividad con un 4? ¿Sería conveniente subir un peldaño esta nota hasta el habitual 5 en otro tipo de exámenes? ¿Podría ayudar a aumentar el nivel de exigencia a un sistema educativo con discretos resultados en las pruebas internacionales? ¿O bien podría ser un mecanismo para dejar fuera de la Universidad a centenares de alumnos? Estas son solo algunas de las cuestiones que genera la propuesta de la consejera de Enseñanza, Irene Rigau, de pasar de un 4 a un 5 la nota requerida para superar las Pruebas de Acceso a la Universidad (PAU). El objetivo principal es, para Rigau, elevar el nivel formativo de los estudiantes universitarios. “Si se permite aprobar con un 4 puede ser que alguien apruebe con alguna materia sin asumir”, justificó.