Porteria La fuerte sensación de límite que establece el paramento hacia la calle queda reiterada por el primer espacio de la casa. Este acceso de dimensiones reducidas que tiene una luz teñida por un vidrio amarillo en una reinterpretación de un espacio tradicional. Aquel que provoca la pausa que antecede a la casa mexicana o a la mediterránea, a los conventos o a los monasterios. La portería funciona como un lugar de espera y, al mismo tiempo, como un espacio donde se preparan los sentidos. Estos son puestos en un estado expectante por la acción directa de una paleta de materiales precisa, escasa en variantes, pero generosa con ellos: madera, piedra y muros encalados.