El shinobi se mueve a través de la oscura noche.
Los shinobis suelen usar coches trueno*, trenes o dirigibles cuando la situación es necesaria, pero resulta más rápido viajar a pie como la gente normal. Los shinobis pueden ir por un camino sin rumbo y hacer un viaje de mil millas sin descanso, para ellos, sus dos piernas eran el método más fiable de transporte.
Y había una razón más para viajar a pie en el desierto, donde se garantizan caminos confiables. Los shinobis eran más tenaces que los camellos, más rápidos que los caballos y vuelan a través de los mares de arena con facilidad.
El jefe a cargo del viaje era Kankuro, A su lado estaba Amagi, quien había sanado sus heridas de su última batalla.
Había grandes mejoras en las técnicas curativas utilizadas, gracias a la colaboración de ingeniería que se tenía con Konoha. Los resultados de las técnicas médicas secretas de la Quinta Hokage Tsunade-hime, fueron notables, y Amagi había sido capaz de volver a llevar a cabo misiones después de unos días a pesar de que su cuerpo fue quemado por un rayo.
“…Kankuro-sama” dijo Amagi. “Al final, no entiendo.”
“No entiendes qué?” Kankuro sabía la respuesta, pero aún así preguntó.
Los jóvenes que lo rodeaban -bueno, no eran en realidad tan jóvenes- estaban inconformes por algo. Pero, incluso si sabían de qué se trataba, no podía dejar de mostrar su inconformidad.
“Aún si es por guardar apariencias, ¿es necesaria ese tipo de celebración lujosa?
“Aunque nadie lo quiera, no se le puede llamar una mala celebración ¿no?” Dijo Kankuro “Sunagakure debe mostrar su respeto al Daimyo, igual que los alrededores.”
“Aún así Señor” Amagi sonaba enojado “Nuestros genin están muriendo en medio del País del Viento, a manos de la policía, como si fueran desechables. Y en medio de esa situación esta esto.”
“…” Los shinobis se reunieron alrededor sin alguna objeción.
Parecía que todos tenían los mismo pensamientos.
“Es precisamente porque estamos bajo esta prohibición de armas, que tenemos que guardar las apariencias” Dijo Kankuro
“Y estas apariencias tendrán algún efecto en la decisión del Daimyo?”
Era una pregunta difícil.