La incursión de los Apóstoles, la Ciudad Real es invadida
En una habitación donde la única fuente de luz era producida por los rayos de la luz de la luna, se crea un contraste de blanco y negro por la estrecha rejilla de la ventana.
Se puede ver una simple y sencilla habitación. Es de sólo unos 6 tatamis[1] de tamaño con un pequeño escritorio, una silla, una cama de madera, y un sencillo aseo. Si se compara con las celdas de la Tierra, es obvio que esto es mucho peor.
En esta terrible prisión, sentada en la esquina de la cama, está Hatanaka Aiko, que actualmente está enterrando su rostro entre sus rodillas.
Han pasado 3 días desde que Aiko fue traída a esta habitación.
Debido al artefacto en forma de brazalete que lleva en su muñeca, Aiko no puede usar magia. Aún así, aunque ella trató de escapar en un principio, como era de esperar, no era posible forzar la apertura de una puerta de acero con sólo su fuerza física, además, la apertura de la rejilla de la ventana es lo suficientemente grande para que apenas pueda pasar solo uno de sus brazos.
Incluso entonces, la posición actual de la habitación se encuentra en la parte superior de un extravagante templo, es el templo de la Montaña de Dios, a pesar de que debería ser imposible llegar a salvo al suelo, hay miembros de la iglesia vigilando.
En tal posición, mientras se preocupa por la seguridad de sus estudiantes, Aiko, que no puede hacer nada, está abatida y triste. Su ya pequeña estatura se vuelve aún más pequeña en la cama.
“………Necesito llegar a mis estudiantes……pero cómo……”
Murmuró Aiko ligeramente mientras miraba hacia arriba, ella recordó lo que la monja con el cabello plateado le había dicho mientras era secuestrada. En los pensamientos de Aiko, si lo que escuchó de Hajime se convertiría en un inconveniente cuando se lo contase a Kouki y los demás, es obvio quién es el “amo” del que ella habló. Y también parece que ellos han mostrado interés en un estudiante.
La mente de Aiko se llenó de una indescriptible ansiedad. Recordando los eventos de la Ciudad de Ur, donde el grupo de Hajime repelió al ejercito de demonios, donde uno de sus estudiantes perdió la vida, Yukitoshi Shimizu. Probablemente, de nuevo, otro estudiante va a…. con estos pensamientos en su mente, Aiko se puso más ansiosa.
Estando confinada en esta amplia habitación, ella trató de pensar en las cosas que actualmente podía hacer. Si se tranquilizaba y rememoraba con calma, el palacio real se sentía demasiado poco natural y cubierto con una gruesa sensación de incongruencia. En la mente de Aiko, con una fuerte postura, ella recordó la peligrosa atmósfera que el Rey Erihido y los demás líderes tenían encima.
Sin duda, Aiko empezó a suponer que la monja con el pelo plateado había hecho algo. Ella definitivamente dijo, “encanto”, si eso era verdad, entonces, seguramente fue realizado algo parecido a un lavado de cerebro.
Sin embargo, al mismo tiempo, cuando hablaba con Shizuku y Liliana, esa extraña sensación de incongruencia no estaba allí. Aunque se alivió por eso, todavía hay un fuerte malestar acumulado en su pecho debido a estar confinada.
Mientras reza por su seguridad, se acordó de otro motivo de preocupación. Eran las palabras, “eliminación del irregular.” Aquellas palabras las escuchó justo antes de perder completamente la conciencia, por alguna razón, Aiko recordó a un cierto estudiante.
La persona a la que le debe su vida, el estudiante que mató a Yukitoshi Shimizu. Mientras tiene una fuerte voluntad y una abrumadora fuerza, el chico pensaba con seriedad y escuchaba las palabras de Aiko. Y, una gran cantidad de cosas sucedieron, una variada cantidad de cosas, como era de esperarse, en el fondo, aunque ella no debería pensar en ello, pero terminó recordándolo.
El recuerdo que ella desesperadamente trató de sellar en su mente, es de nuevo recordado, por alguna razón, sus mejillas se pusieron calientes. Aunque Aiko estaba sacudiendo su cabeza para despejar su mente, ella comienza a preocuparse por la seguridad de Hajime, y descuidadamente murmura su nombre.
“……Nagumo-kun.”
La incursión de los Apóstoles, la Ciudad Real es invadida En una habitación donde la única fuente de luz era producida por los rayos de la luz de la luna, se crea un contraste de blanco y negro por la estrecha rejilla de la ventana.Se puede ver una simple y sencilla habitación. Es de sólo unos 6 tatamis[1] de tamaño con un pequeño escritorio, una silla, una cama de madera, y un sencillo aseo. Si se compara con las celdas de la Tierra, es obvio que esto es mucho peor.En esta terrible prisión, sentada en la esquina de la cama, está Hatanaka Aiko, que actualmente está enterrando su rostro entre sus rodillas.Han pasado 3 días desde que Aiko fue traída a esta habitación.Debido al artefacto en forma de brazalete que lleva en su muñeca, Aiko no puede usar magia. Aún así, aunque ella trató de escapar en un principio, como era de esperar, no era posible forzar la apertura de una puerta de acero con sólo su fuerza física, además, la apertura de la rejilla de la ventana es lo suficientemente grande para que apenas pueda pasar solo uno de sus brazos.Incluso entonces, la posición actual de la habitación se encuentra en la parte superior de un extravagante templo, es el templo de la Montaña de Dios, a pesar de que debería ser imposible llegar a salvo al suelo, hay miembros de la iglesia vigilando.En tal posición, mientras se preocupa por la seguridad de sus estudiantes, Aiko, que no puede hacer nada, está abatida y triste. Su ya pequeña estatura se vuelve aún más pequeña en la cama.“………Necesito llegar a mis estudiantes……pero cómo……”Murmuró Aiko ligeramente mientras miraba hacia arriba, ella recordó lo que la monja con el cabello plateado le había dicho mientras era secuestrada. En los pensamientos de Aiko, si lo que escuchó de Hajime se convertiría en un inconveniente cuando se lo contase a Kouki y los demás, es obvio quién es el “amo” del que ella habló. Y también parece que ellos han mostrado interés en un estudiante.La mente de Aiko se llenó de una indescriptible ansiedad. Recordando los eventos de la Ciudad de Ur, donde el grupo de Hajime repelió al ejercito de demonios, donde uno de sus estudiantes perdió la vida, Yukitoshi Shimizu. Probablemente, de nuevo, otro estudiante va a…. con estos pensamientos en su mente, Aiko se puso más ansiosa.Estando confinada en esta amplia habitación, ella trató de pensar en las cosas que actualmente podía hacer. Si se tranquilizaba y rememoraba con calma, el palacio real se sentía demasiado poco natural y cubierto con una gruesa sensación de incongruencia. En la mente de Aiko, con una fuerte postura, ella recordó la peligrosa atmósfera que el Rey Erihido y los demás líderes tenían encima.Sin duda, Aiko empezó a suponer que la monja con el pelo plateado había hecho algo. Ella definitivamente dijo, “encanto”, si eso era verdad, entonces, seguramente fue realizado algo parecido a un lavado de cerebro.Sin embargo, al mismo tiempo, cuando hablaba con Shizuku y Liliana, esa extraña sensación de incongruencia no estaba allí. Aunque se alivió por eso, todavía hay un fuerte malestar acumulado en su pecho debido a estar confinada.Mientras reza por su seguridad, se acordó de otro motivo de preocupación. Eran las palabras, “eliminación del irregular.” Aquellas palabras las escuchó justo antes de perder completamente la conciencia, por alguna razón, Aiko recordó a un cierto estudiante.La persona a la que le debe su vida, el estudiante que mató a Yukitoshi Shimizu. Mientras tiene una fuerte voluntad y una abrumadora fuerza, el chico pensaba con seriedad y escuchaba las palabras de Aiko. Y, una gran cantidad de cosas sucedieron, una variada cantidad de cosas, como era de esperarse, en el fondo, aunque ella no debería pensar en ello, pero terminó recordándolo.El recuerdo que ella desesperadamente trató de sellar en su mente, es de nuevo recordado, por alguna razón, sus mejillas se pusieron calientes. Aunque Aiko estaba sacudiendo su cabeza para despejar su mente, ella comienza a preocuparse por la seguridad de Hajime, y descuidadamente murmura su nombre.“……Nagumo-kun.”
การแปล กรุณารอสักครู่..