Sintió que había estado en un punto ciego. Tenía un punto ciego fuera de su conciencia.
Una persona no era capaz de mantener la vista en 360 grados en cada dirección, pero aún así podía decir si, por ejemplo, un amigo se le acerca desde fuera de su rango de visión, o si un gato mascota estaba jugando en sus pies.
Eso era porque la conciencia de una persona era capaz de alcanzar sus alrededor y ‘ver’ lo que ‘no era visto’.
Los shinobi forjaban y mejoraban esa conciencia, usando incluso su intuición, hasta que eran aproximadamente capaces de sentir todos sus alrededores con todos sus seis sentidos. El aún tener algo que no habías sido capaz de percibir a pesar de esa conciencia era debido a no ser capaz de imaginar de qué estar atento.
Si no podías imaginarlo, definitivamente no podías verlo, y no podías sentirlo.
Era un punto ciego en cada sentido de la palabra. Y Gaara había sido atacado completamente desprevenido.
Si Ebizou hubiese sido un usuario de genjutsu, Gaara podría haber muerto en batalla.
Sudor frío corría por la espalda de Gaara. Una persona ordinaria se habría estremecido, pero Gaara era un shinobi hecho y derecho.
Aún no me he entrenado lo suficiente.
“Con todo el respeto debido.” Dijo Gaara. “¿Por qué yo?”
“¿No lo sabes?”
“…¿Esto es posiblemente sobre mi hermana Temari?”
“Si.” Ebizou asintió. “Escucha bien. Nuestro Kazekage anterior tuvo tres hijos. Temari, Kankurou, y tú, Gaara. Tú, que cargabas con el poder de un Jinchuuriki te convertiste luego en Kazekage. Asump que comprendes la grave importancia de tal linaje.”
“Si…”